Amado Dios, en este momento me acerco a ti con un corazón lleno de gratitud y confianza en tu fidelidad. Reconozco que en este mundo enfrentamos pruebas y dificultades, pero me afianzo en tu palabra, en la certeza de que Tú has vencido al mundo. En medio de los desafíos, encuentro consuelo en tu poder y en la seguridad de que no estoy solo, sino que Tú estás conmigo.
Señor, te pido que me des la fortaleza para perseverar y seguir adelante en mi caminar de fe. Ayúdame a confiar en tu plan perfecto, aunque no comprenda completamente las circunstancias que me rodean. Que mi fe en ti no se tambalee, sino que se fortalezca cada día, recordando que eres el Dios fiel que siempre cumple sus promesas.
Encomiendo a tus manos todas mis preocupaciones, temores y cargas. Te pido que me des sabiduría para tomar decisiones sabias y discernir tu voluntad en medio de la confusión. Ayúdame a confiar en que todas las cosas obrarán para bien, porque Tú eres un Dios que transforma las dificultades en oportunidades de crecimiento y testimonio.
Gracias, Señor, porque sé que en ti encuentro refugio y paz. En momentos de debilidad, confío en que tu fortaleza se perfecciona en mi vulnerabilidad. Capacítame para ser una luz en medio de la oscuridad, un testimonio vivo de tu amor y fidelidad. Que mi vida sea un reflejo de tu gracia y misericordia.
En el poderoso nombre de Jesús, Amén.